Leonor Fini en 1952, Tor San Lorenzo
¿Será posible no almacenar tantas decisiones?
Almacenar decisiones es lo que nos hace tener una personalidad: soy esta persona a quien le agradan estas cosas, o que rechaza estas otras. Lo hacemos porque facilita las cosas (decidir cansa). Pagamos entonces el precio del descubrimiento, renunciamos a la posibilidad de una sorpresa.
Sepan disculpar: hoy yo no quiero hasta que quiero. Y no puedo darme cuenta de que quiero hasta no estar tan cerca que mis antenas se erecten. Y aún entonces es lícito que me permita elegir no querer, que recoja mis tentáculos y decida exponer mis antenas a otros estímulos.
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