Concepto espacial, a la espera, rojo, de Lucio Fontana
Los portales. Las señales. El sentido. Los méritos. La justicia. No niego su existencia, simplemente me llevo mejor con la vida si considero que son apenas relatos humanos que buscan explicar lo inesperado y organizar lo que desde este limitado punto de vista nos parece caos.
Las predicciones. El propósito. El orgullo. El resentimiento. Subproductos de los relatos mencionados, ya no tan inocentes y con poder de acción. La espada que empuñan esas ficciones. Con ella se cortan opciones vitales, se definen caminos, se experimenta cierto alivio… todo lo cual puede facilitar inicialmente la existencia pero al costo de un encierro.
Los bosques. Los planetas. Los seres unicelulares. Todo lo que se asolea a mi lado en esta mañana otoñal (todo lo que me asoleo a su lado) sigue otras lógicas, múltiples, complejas aun sin un aparato mental para diseñarlas o interpretarlas. Escudriñamos en la ciencia o en la filosofía en el afán de comprenderlas, de inspirarnos en ellas. Doy la bienvenida a esos hallazgos cuando desarticulan nuestras propias lógicas: la espada que en vez de cortar una posibilidad vital hace un tajo en el telón de fondo de nuestro teatro.
