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Equilibrismo en la tangente


Manos gigantes en los canales de Venecia, de Lorenzo Quinn

Desde hace un tiempo olvidé que mi escritura nace del ejercicio mecánico de golpetear el teclado. Retomo la práctica y me viene la imagen de mi abuela escribiendo a máquina. No podías hacer nada que no fuese incomodarte con el ruido seco e implacable de los golpes. A veces escribo así, con una fuerza desproporcionada, y hasta las suaves teclas de mi computadora suenan fuerte e irrumpen como visitantes no deseados en el silencio. Quiero desconcentrarme pero no puedo, como si tuviera puestas unas anteojeras.


“Las anteojeras u orejeras son piezas que se colocan sobre los ojos de los caballos de tiro de modo que sólo vean el camino frente a ellos, para evitar que se asusten o distraigan por su visión periférica”, dicen en Wikipedia. ¿Quiénes dicen en Wikipedia? Algunes, personas anónimas, máscaras informáticas irrastreables, bots… Hago un esfuerzo para imaginar a ese ser gestáltico que convive con sus diversas partes, no siempre a gusto (esto se descubre en wiki en la solapa “discusión”, y los bots también hacen ahí sus aportes).


Donna Haraway habla de afinidad en vez de identidad. Paul Preciado habla de alianzas críticas, sintéticas. Me digo: no es malo el foco, si te gusta el objeto de tu foco. Las anteojeras, sí.


Cuando me pongo las anteojeras me invade un placer cortoplacista, egoísta: estoy sola con mi objeto de deseo; cuando me las saco, la sensación instantánea es que la periferia me desconcentra, invasiva. Pero hay un estado más allá, cuando las partículas dispersivas se posan, en el que visualizo lazos, frágiles puentes. A veces alguien viene a acariciarme donde me duele, y otras soy yo la que aporta un bálsamo o una chispa.


Últimamente tardo mucho en redondear un texto. Todo lo que circula a mi alrededor me convoca. Hablo de redondeos y círculos pero soy consciente de que se trata de una ilusión perceptiva, porque en realidad son líneas tangenciales. Elijo dar un paso al costado y ponerme en la trayectoria de lo que antes era periferia.

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