Rest energy, de Marina Abramovic y Ullay
Relajar no es lo mismo que descontracturar, aunque ambas dan por supuesta una tensión previa. Relajar remite a una disposición dócil al descanso. Descontracturar en cambio parte de una oposición, hay algo que se contrajo previamente, hay lucha contenida en esa palabra.
Siento la falta de una forma de referirse a la elección de no convivir en el mismo espacio con otros seres parlantes, cuando se experimentó la situación de convivencia y ya no se la elige, pero tampoco se quiere una "separación", con toda la carga emotiva que ese rótulo arrastra.
Qué gran cosa sería que exista esa palabra. Y como no la hay, termina por ser virtualmente imposible llevarlo a cabo (o tal vez por eso mismo no existe). Preciso una conjunción de fonemas que pueda decirse a un retoño, a un cónyuge o a un pariente mayor, y que comprenda todo esto: "independientemente de los intercambios de cariño, pasión, experiencias, me retiro de este espacio. A partir de ahora habrá continuidades e interrupciones que no pueden ser definidas a priori. No te enojes".
Pero entonces, ¿prescindiríamos de la batalla? ¿Y de dónde saldría la fuerza para superar el supuesto abandono (otra vez las palabras nos traicionan llevándonos por caminos connotados de sufrimiento)? No creo que tal fuerza sea necesaria, a no ser que consideremos a la otra persona un frontón para rebotar y tomar impulso.
Tal vez no voy a encontrar una denominación breve, probablemente sea mucho pedir para un único significante. Habrá que desvivirse en los hechos, con manifestaciones, con acciones y silencios, a lo largo de la convivencia, para construir la posibilidad de desconvivir.
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