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Canción


Imagen de @falenalibros



Devenir gradualmente impredecible. Mudarse de los lugares habituales. Cambiar de planes cuando las condiciones atmosféricas son ideales para salir, o para no hacerlo.


Servir al mundo, ceder el paso. Salir al cruce de las necesidades ajenas aun antes de que se formulen. Montar un banquete con velas y sábanas como gráciles tiendas colgadas de las ramas, para quienes “no se lo merecen” (amar en secreto el escándalo). Contemplar la lenta labor de las orugas y de las arañas, nunca aplastarlas.


Actuar en pos de la tragedia. Pudiendo evitarla, ir a su encuentro. ¿Por qué algunos peces se suicidan? O las mariposas, cuando viajan directo hacia el fuego; las ves dar algunas torpes volteretas chamuscadas y caer girando en picada. Entender esa exasperación. La necesidad de finalmente hacerlo, de caminar hacia el summum de la luz aunque después…


Mantenerse en vilo, no dormir porque la luna está haciendo de las suyas, y al día siguiente despertar con una señora resaca y deslumbrante buen humor. Llegar a la noche siguiente con la sensación de haberlo dado todo.


Ser don Juan y doña Juana, y todos los puntos intermedios entre uno y la otra. Trasnochar cada día en un hogar distinto, y luego desayunar en casa.


De utopías no se vive. ¿O sí?






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