top of page

Maculada


Dama con ermellino e pesce, de Felipe Cardeña

Traducir es reescribir. Interpretar es sumar, restar multiplicar, es crear. ¿Pongo en tu boca palabras que no dijiste? ¿Hago tuyos unos descubrimientos que son míos? No importa, porque funcionás como una tela ya pintada como base para que otres pinten arriba. Nunca es inocuo, uso tus inspiraciones como piso. Pero no me privo de incorporar mis pinceladas, mis dedos entintados, buscando la manera de que aparezcas más por ahí atrás, con la magia que tiene lo que puede ser espiado, pero pocas veces visto de lleno.

¿Y cuando a mí me pase eso? ¿Cómo yo voy a aceptar el dedo entintado, la pincelada-estocada en mi obra que parecía ya redonda? Es un riesgo necesario, si se quiere decir algo. Nuestras músicas serán tocadas por otres intérpretes, nuestras palabras tomadas como punto de partida de otros cuentos y otras opiniones. Y en esas relecturas de otres en el futuro, tal vez lleguemos a alegrarnos de ser rescatados de un momentáneo olvido por el retoque ajeno, que algo cambia pero que inevitablemente vuelve a dar vida.

bottom of page