Poder hacer algo lo cambia todo. No necesariamente hacerlo, pero tener la posibilidad. Bueno, yo me propongo convivir con la imposibilidad así como con la falta de opciones, y encontrar el deleite en lo que está al alcance de mi mano.
¿Hiciste la prueba de comer un día entero un solo alimento? Nos cansamos rapidísimo. Es casi como estar enjaulades. Y esa misma dificultad nos vulnerabiliza al extremo de no lograr hacer reposo cuando estamos enfermes, porque necesitamos imperiosamente diversidad.
Me como un dátil con una intensidad tridimensional. No lo dejo viajar solo por mi sistema digestivo, lo acompaño con el pensamiento y la sensación, imaginando cómo lo fibroso y lo dulce producen su alquimia particular en mi organismo. Tomo un vaso de agua, demasiado rápido, para sentir que estoy debajo de una cascada, y que el agua entra a borbotones, más volumen del que es posible tragar de una sola vez.
No salgo de mi asombro, lo estiro un poco más ⎼al asombro⎼, hago un chicle de admiración al contemplar una sonrisa de dientes apretados, o separados, o la lengua que asoma en un lugar inusitado… Hago de cada ser que me cruzo el héroe protagonista de mis sueños. Algunes se prestan más que otres, pero a todes les doy una oportunidad.
¿Cómo definir un propósito en este mundo que no revela el suyo? Y aun así, mirando para todos los demás seres de la naturaleza, el sentido de la vida está más que claro. Nosotres, humanes, tenemos un problemita de enrosque que siempre se muerde la cola. Las rumiaciones inundan nuestro espacio que podría usarse para ser y hacer. ¿Cuánto tiempo habremos desperdiciado? ¿Cuánto nos quedará? Chupar hasta el último sorbo de presente, conocer el sentido aunque no alcancen las palabras. ¿Sabés hacer eso? Yo sí sé, independientemente de que no pueda explicarlo.
