top of page

Work in progress


Hermes Trismegistus - Occvlta philosophia (1613)

¿Trabajar sobre las cosas para satisfacer los deseos o trabajar sobre los deseos para adaptarse a las cosas? Si llevo lo uno al extremo, entro en la vorágine de conseguir cosas, en una voracidad insaciable. Si hago lo otro al extremo, entro en la acomodación que puede decantar en falta total de movimiento. ¿Y cuál es el problema de la inmovilidad? Que no la quiero.

En paralelo, trabajar sobre los deseos para sustituir unos por otros, puede ser una tarea creadora y de paso, desarrollar el temple. Me da la sensación de que el temple se forma por la modificación de esas “inclinaciones” que, a pesar de brindar satisfacción instantánea, no generan las mejores consecuencias a mediano plazo.

Me gusta comer hasta hartarme… levantarme muy tarde… no hablar con nadie por horas… ¿Es posible cambiar esas afecciones primarias, esos gustos inexplicables que parecieran ser previos al lenguaje y al entendimiento?

Templarse es generar una modificación profunda de inclinaciones y placeres a través de la exposición a altas temperaturas. Imaginamos cómo esto funciona en el hierro, pero ¿cómo lograríamos templarnos les humanes? El proceso tiene algo de cocinarse a fuego lento, pero el calor viene como resultado de un esfuerzo de autosuperación.

Puede ser esforzado buscar otras tentaciones, otras fuentes de satisfacción, someterlas a un juicio previo, sobrellevar la decepción que eso puede causar en algunos casos. Pero qué triste sería seguir gustando de lo que te envenena. Cuando hay experimento, hay cambio.

bottom of page